Invernadero bioclimático en un espacio de trabajo

Este proyecto aborda la rehabilitación de un antiguo estudio de pintura para transformarlo en un espacio de trabajo tipo coworking  en el que queremos instalar nuestro estudio de arquitectura.

La idea central del proyecto es asociar la antigua nave de pintura,  fabuloso espacio en doble altura, con un invernadero bioclimático.

Esta decisión se basa en dos argumentos.

  • El primero es utilizar el invernadero como herramienta bioclimática para precalentar la nave de forma pasiva.

  • El segundo es crear un espacio de trabajo lleno de vegetación, siguiendo nuestra idea de dar cabida en nuestros proyectos a nuestro sentido de conexión con la naturaleza (biofilia).

arquitectura sostenible invernadero bioclimatico

Un invernadero bioclimático o invernadero solar es un elemento que puede ayudar a cubrir una parte importante de las necesidades de calefacción del espacio al que se adosa. Bien concebido, también puede contribuir a refrescar el ambiente en verano.

En invierno, cuando el contraste de temperatura entre el interior y el exterior es mayor, el invernadero constituye una doble piel, un colchón térmico o un espacio intermedio. También tiene un papel de captador solar en los días fríos y soleados. En primavera y otoño se convierte en un agradable espacio de estancia.

Así funciona nuestro invernadero bioclimático:

  • Los días cubiertos de invierno, cerramos las grandes puertas acristaladas que comunican invernadero y nave central, independizando los dos espacios. Al quedar reducido el espacio de trabajo a la nave central, una estufa de biomasa (pellet) es suficiente para calentarla. Hemos elegido un modelo de estufa que se puede programar y  encender a distancia para que cuando lleguemos por las mañanas el espacio ya se haya templado.

  • En verano, abrimos las puertas interiores y establecemos una ventilación cruzada a través del invernadero, que tiene huecos practicables en toda su altura, para evitar cualquier sobrecalentamiento.

  • Los días despejados y frescos de invierno, primavera y otoño, el sol precalienta el espacio del invernadero que se pone a una temperatura superior a la de la nave central. En esos momentos, entornamos las puertas que comunican los dos espacios para aprovechar ese calor gratuito en la nave central. A través de las puertas entornadas, se genera una convección de aire que va poco a poco templando nuestro espacio de trabajo.

Sabemos que este es un gran paso para ti y que supone una importante inversión de material, tiempo y energía.

Por eso, nuestro compromiso es hacernos cargo de tu proyecto, desde el primer momento hasta que lo empieces a vivir, como si fuera el nuestro.

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